Blanco no es blanco

Siguiendo una propuesta de El món de Rosalía me he puesto a ordenar mis numerosos restos de telas por colores.Aquí tenéis un ejemplo de lo que de unas sabanas viejas, fundas de almohadas deslavadas, blusas pasadas de moda y camisas de hombre con el cuello ya mas que impresentables todavía se puede hacer.

A la tela recortada en cuadrados de 10 cm y asemblada sin mirar cual de las telas cogía, le añadí unos margenes de una tela de rayas Ikea y en el borde de abajo un bellíssimo recorte de una puntilla antigua hecha a mano y comprada hace 20 años en un brocante de la Provençe Française.

 

Ahora esta cortina "store" me protege del sol y de las miradas indiscretas de los vecinos en la entrada de mi casa.

Me ha gustado tanto el resultado que ya están naciendo otros proyectos en mi mente. Aquí hay tela para: cabeceros de camas, colchas, desde luego, quizás hasta una blusa nueva ó un vestido caftán.Ganas no faltan, restos tampoco, solo el tiempo es un bien escaso de momento.